26 de agosto de 2007

Los elementos regionales de Baja California

El caminar, ya sea por una simple calle o por una colonia completa de Tijuana es recorrer prácticamente la totalidad de la República Mexicana. Es encontrar un sinfín de mundos, cientos de historias y vivencias distintas. Sueños, sueños y más sueños que tienen como límite el cielo o la línea fronteriza. Es ver en cada rostro cansado el pasar del tiempo, riguroso juez y verdugo que ha nadie perdona; también es observar la ilusión de que hay un mañana, de que nacerá un nuevo sol, de que habrá otra oportunidad para conseguir lo anhelado. Es mirar en el rostro de un bebé las ganas de vivir y de por él vivir; en el niño, contemplar la risa de la ingenuidad inherente a nosotros; en la juventud la lozanía de una nación en formación; en el adulto conocer lo que es el esfuerzo de madrugar y trabajar hasta doce horas si es preciso por la familia, y en el anciano, vislumbrar la sabiduría que dejan las ganas de vivir, la ingenuidad, la lozanía perdida, el esfuerzo y la experiencia. Es comprender que aunque uno sea de Sinaloa, otro de Jalisco, uno más del D.F., todos somos parte de una comunidad cambiante, donde unos llegan y otros se van, pero todos compiten en el juego de la vida, donde no gana el que llega primero, sino el que sabe llegar.

Perspectivas: Social y cultural.


Álvaro Alejandro Evangelista Sepúlveda.
Grupo 332 Tijuana

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