29 de octubre de 2008

Síntomas de cambio, cine e historia...

Mad Max II, Director George Miller, 1981.

Por Abdiel Espinoza

La historia que esta película relata ocurre el desierto de Australia, en un posible futuro, después de la tercera guerra mundial, cuando los pocos sobrevivientes tienen que acostumbrarse a vivir inmersos en una lucha constante por gasolina. En esta historia futurista, un hombre llamado Mad Max, ex oficial de patrulla, ayuda a unos colonos que viven y protegen una refinería, constantemente atacados por banda de guerreros encabezados por Lord Humungous, a escapar de dicha refinería transportando tanques de gasolina.

En lo personal, no me gustó la película pero me resulta interesante algunos aspectos que sí merecen la pena ser comentados y resaltados, entre ellos están las preguntas obligadas que surgen de la propia cinta, tales como: ¿En qué año se produjo?, ya que ello puede enmarcarnos el contexto de producción, llevándonos a dibujar la perspectiva que en esos años se tenía del sentido de progreso y del futuro.

Todavía inmersa en el escenario de la Guerra Fría, la cinta revela el sentido de caducidad del ideal progresista de la humanidad, de la historia; plasma un futuro de caos, donde lo único que le da sentido a la vida de los sobrevivientes es la búsqueda continua de combustible. Por último, me parece conveniente mencionar la importancia que la cinta le atribuye a la memoria como resguardo de la historia, ya que esta historia nos es narrada por un anciano, pero que aparece en la cinta y la historia que narra, como testigo.

A manera de conclusión, la caída de la esperanza de progreso en el futuro de la humanidad no podía sostenerse más después de dos guerras mundiales y un clima tenso de Guerra Fría, que amenazaba a la humanidad con ponerle fin a su existencia en la tierra. De ahí que películas como estas hayan aparecido planteando un futuro nada prometedor con una intención que bien puede ser catastrófica, si plantea la imposibilidad de revertirlo o de crítica del propio presente, intentando encontrar el cambio que libre al hombre de una historia como la que presenta esta cinta. Finalmente y de manera más sencilla, la cinta es un testigo del cambio cultural en el hombre.

1 comentario:

Miriam García Aguirre dijo...

Este tipo de reflexiones son las que me interesa desatar en ustedes. Una cinta es un producto cultural, historico. por tanto, puede ser interpretada y revisitada cada vez. Da cuenta del universo de sus realizadores y de los códigos reconocibles por la sociedades. Aquí, de sus pesadillas.

El papel de la memoria en esta cinta da pie para más... La guerra fría...

saludos!