Uriel Alejandro Cárdenas Estrada*
Introducción
A lo largo del estudio de la Historia, siempre se ha buscado interpretar el hecho histórico mediante fuentes que se sustenten la posibilidad de veracidad del suceso histórico. Es por esto que generalmente dentro del estudio de la Historia el hecho de que viniera dentro de un escrito era prácticamente decir que el relato que en el contenía había sucedido en realidad. ¿Era esto verdad? Puede ser que no o puede ser que sí, sin embargo el hecho de que estuviera escrito ya le daba de por si una validez total; es por eso que el poder de una hoja de papel fue tal que otras herramientas no fueron percibidos.
A lo largo del estudio de la Historia, siempre se ha buscado interpretar el hecho histórico mediante fuentes que se sustenten la posibilidad de veracidad del suceso histórico. Es por esto que generalmente dentro del estudio de la Historia el hecho de que viniera dentro de un escrito era prácticamente decir que el relato que en el contenía había sucedido en realidad. ¿Era esto verdad? Puede ser que no o puede ser que sí, sin embargo el hecho de que estuviera escrito ya le daba de por si una validez total; es por eso que el poder de una hoja de papel fue tal que otras herramientas no fueron percibidos.
Es por esto que dentro de la historia han aparecido nuevas fuentes para sustentar el suceso histórico, dentro de los cuales llegan incluso a reforzar muchos el momento en que se plasma para la realidad histórica. Como lo dice Marc Bloch en el sentido de que “el resultado final depende a veces de tal numero de hechos encadenados, absolutamente independientes de unos de otros, que toda previsión viene a ser imposible”[1]… pero ¿es también es posible criticarlas?. Para dicho esquema, lo que realizaré es apoyarme en tres autores: para empezar hablare sobre lo que menciona José Ronzón y su trabajo llamado "La imagen como fuentes para la historiografía". Construcción de sus significados donde el autor hace un estudio de las nuevas fuentes que ayudan en la historia, ya que ofrece una visión buena de dichas herramientas; el otro es el Capítulo III de nombre “La crítica” del libro de Marc Bloch en donde habla sobre la crítica a las fuentes históricas e incluso el de apoyarse en nuevas enfoques o herramientas para que ayuden a historiar el suceso; mientras que por último me apoyaré en el trabajo llamado “Hacia una metodología del discurso histórico” de Alfonso Mendiola y Guillermo Zermeño sobre como hablar de una metodología en la historia. Mi trabajo se divide en tres partes donde explico mi postura al respecto, claramente hablando sobre el punto esencial del autor pero afirmando el porque de este tema.
¿Nuevas fuentes en la Historia?
De acuerdo con José Ronzón, dentro del estudio de la historia han aparecido nuevas herramientas útiles para su estudio que cada vez hacen posible profundizar en el hecho histórico. Una de estas nuevas fuentes que proporciona el autor es la imagen, una herramienta que se está convirtiendo en una gran aliada del trabajo historiográfico. Claro está, con los diferentes tipos que dentro de ésta se fabrican, como lo vendría a hacer el cine o la fotografía. Me parece que dentro de este esquema, la imagen es una nueva herramienta que provee a la historia una nueva forma de mejorar el estudio del hecho, enmarca una nueva manera para complementar la información que se tiene de ello.[2]
Otra de las herramientas que se explican sería apoyarse más en la historia oral, que su mayor desventaja sería el que a través de los tiempos puede llegar a tergiversarse su información original, dando paso a nuevos segmentos que poco o nada tienen que ver el hecho original; sin embargo en el momento de relatar lo hace la persona que estuvo presente muy difícilmente sería una información mal intencionada o ruin.
¿Por qué introducir nuevas herramientas al estudio de la historia?
Recordemos que Marc Bloch hablaba que no era necesario fiarse demasiado de las fuentes escritas, debido a que estas podrían estar falseadas por los demás y no podrían contribuir al suceso que se investigaba (algo así como imaginación histórica o incluso como literatura histórica) y que al final necesitamos confiar en otro tipos de herramientas que ayudan a introducir mas el fondo del suceso histórico.
Aquí nuevamente vemos la delicada situación de los textos escritos, que no siempre deben fiarse; y nuevamente viene a razón la manera en que el historiador debe enfocarse en las nuevas herramientas para lograr una mejor visualización o para complementar lo que se esta estudiando. De hecho Bloch explica que “no hay duda de que la mayoría de los escritos dados bajo un nombre supuesto mienten también pos su contenido”;[3] y ante esto me parece que la imagen o incluso hasta un punto extremo la historia oral no fallarían.
¿Serán necesarias?
De acuerdo al escrito de Mendiola y Zermeño, dentro de la historia debe haber una cierta metodología para la investigación histórica y hablan de una modernidad dentro del estudio del proceso histórico. Quizás para enmarcar esto, hablan de que para los nuevos procesos debe haber nuevas formas; a esto me refiero que quizás es necesario utilizar nuevas herramientas de trabajo que muy probablemente no se hubiera pensado hace tiempo o que no tuvieran que tener en común con el proceder histórico.
También nos hablan de opiniones de grandes personajes como Foucault, pero también de que se deben de buscar nuevos horizontes para el estudio de la historia. Dentro de este escrito, se nos habla de que “ lo que tenemos en la historia no son hechos aislables… sino acciones en proceso, cuyo significado oscila entre lo que sucede y lo realmente sucedido”.[4] Esto nos habla que el hecho histórico debe ser estudiado de profundidad, en donde exista una real compenetración hacia lo que se esta investigando.
Conclusiones
Me parece que lo que acabo de incluir enmarca el por qué la historia está abriéndose nuevos caminos que hace mucho era impensable. Por mucho tiempo se pensó que el simple hecho de que estuviera escrito un suceso en una hoja de papel le daría una importancia histórica, aun cuando dicho documento tuviera un trasfondo hacia un frente en específico (como usualmente solía o suele pasar). Ha llegado el momento de que el historiador tome nuevas herramientas en su estudio histórico, tales como la imagen u otras nuevas tecnologías, para profundizar en el hecho histórico, que a final de cuantas lo que nos interesa es documentarla tal y como se ha presentado.
Hemos llegado a tal punto, que sería muy difícil ver el trabajo historiográfico sin las nuevas herramientas que se están presentando y que ayudan a mejorar la investigación. Pero el simple hecho de que sean nuevos instrumentos no quiere decir que no puedan ser criticados. A veces se deben desconfiar de todo si es que se desea lograr una gran investigación histórica.
Notas
* Taller de investigación Histórica. 6 de Junio del 2008.
[1] Marc Bloch, Introducción a la historia (México, Fondo de Cultura Económica, 2004), 78.
[2] AQUÍ DEBE IR LA CITA DE RONZON.
[3] Ibid.
[4] Alfonso Mendiola y Guillermo Zermeño, “Hacia una metodología del discurso histórico”, en Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación, coordinado por Jesús Galindo Cáceres (México, Parson Addison Wesley Longman, 1998), 180.
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