30 de septiembre de 2008

Eric Hobsbawm: “La revolución cultural”, en Historia del siglo XX. Reporte de lectura.

Por Abdiel Espinoza González


Este capitulo es una respuesta a la pregunta: ¿Qué provocó el cambio cultural de la segunda mitad del siglo XX y cuales fueron las transformaciones sociales y económicas que ocasionó? Para responder, Hobsbawm no recurre a las macro interpretaciones de la sociedad sino que se enfoca en el análisis de la familia, en los cambios lentos o rápidos que se van dando al interior de ésta en la segunda mitad del siglo XX en los países desarrollados, cambios como: el aumento en el número de divorcios, de personas que vivían solas sin haber contraído matrimonio, de madres solteras y en los fenómenos de cambio de actitud publica entorno a la sexualidad. El resultado de estos fenómenos habría de provocar una ruptura del concepto de la familia nuclear, que a su vez, modificaría por consecuencia la cultura y la estructura social, política y económica.
La sociedad que atestiguó la revolución cultural estaba compuesta en su mayoría por personas adultas herederas, por llamarla así, del mundo que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y que veía la conformación de dos bloques mundiales en el contexto de la Guerra Fría. Los cambios que experimentó la familia hicieron posible el surgimiento de lo que el autor llama una cultura juvenil, en una sociedad de adultos, y que se convirtió en un agente social impulsado por los fabricantes de bienes de consumo, ya que un bienestar económico le proporcionaba cierta autonomía con respecto de los adultos.
El desfase genealógico y la prosperidad económica modificaron la concepción mismo de la idea de juventud, ésta dejo de ser una fase de preparación para la vida, pasó a ser el centro y fin mismo de ella; adquirió ventajas con respecto a los adultos, por su adaptabilidad a los cambios tecnológicas y creó una cultura internacional en cuanto a la forma de vestir. Nació pues, “una cultura juvenil global” que veía reflejadas sus aspiraciones de cambio en figuras jóvenes revolucionarias con éxito como Fidel Castro. Era pues una revolución cultural divorciada de su pasado.
La ciudad se convirtió en el escenario de cambio, la cultura juvenil hizo suya la ciudad, le otorgó nuevos significados y creó nuevos comportamientos y costumbres, donde la seguridad económica, el poder adquisitivo y la adquisición de bienes materia jugaron un papel determinante. Existía pues en una misma sociedad y espacio dos culturas totalmente diferentes enfrentándose entre sí, la cultura juvenil y la cultura de postguerra. La primera de ellas actuando en reacción ante las normas existentes impuestas por la segunda en su intento por mantener el orden casi contra corriente. El resultado fue una reacción desde distintos enfoques. “La cuestión de los gustos” fue el centro de la tensión. Esta revolución cultural popularizó los gustos de la juventud de la clase media en contraposición a la “alta cultura”.
No obstante Hobsbawm inicia su análisis con un enfoque en la familia, mantiene la referencia de la estructura económica, lo cual ayuda para relacionar la prosperidad económica con el poder adquisitivo de esta nueva juventud, punta de lanza del cambio social y a la vez presa del consumismo.
La explicación del cambio social, del origen de esta revolución cultural se encuentra en los cambios que va sufriendo la familia. La familia era una especia de célula que mantenía en armonía el gran tejido social y al modificarse su interior el tejido social lo hizo también. El relajamiento de los lazos familiares y el fortalecimiento del individualismo ante en un estado benefactor significó el rompimiento de todo vínculo y responsabilidad de parentesco que no hizo crisis al instante ya que el estado tuvo la posibilidad de hacer suyas las responsabilidades y necesidades que anteriormente se suplían al interior de la familia. Es decir, los servicios de bienestar social posibilitaron el “rompimiento” de los hijos con los padres, pues es el estado otorgaba pensiones y creaba asilos para ancianos. Aumentando así la distancia entre generaciones.
El divorcio del pasado de la cultura juvenil, el relajamiento de los valores familiares y la exclusión de los pobres en las políticas de bienestar social de las sociedades del primer mundo provocaron una reacción contra el individualismo que se manifestó en la búsqueda de identidad de estos sectores en un pasado común seguro ante un presente de constante cambio e inseguro.
A manera de reflexión final, el rompimiento del modelo familiar y con el pasado provocado por la revolución cultural y el posterior abanderamiento del individualismo y relativismo fue determinante para la crisis de la modernidad y el inicio de la llamada posmodernidad.

1 comentario:

Virchulina Barrios dijo...

Buenisimo tu aporte!
Muchas gracias!