30 de noviembre de 2008

Reporte de “Descubrir” de Tzvetan Todorov

por Alejandra Ortiz Chacón


Este capítulo de Tzvetan Todorov [1] es quizá unas de las lecturas más interesantes con las que me he topado. A parte del planteamiento inicial acerca del problema de la alteridad y las formas para comprender al otro -entendiendo quién es y por tanto quienes somos nosotros-, Todorov nos dice que lo hará a través de la historia de la Conquista de América, como comúnmente se le refiere. Es básicamente a partir de Cristóbal Colón y su acercamiento a los “indios” como el autor nos introduce en el personaje histórico que él mismo construye y en una utilización de las fuentes inscrita dentro del llamado giro hermenéutico.

Considero que en el texto se presentan varios “debates”: por un lado se busca explicar el surgimiento de la modernidad, la identidad del hombre contemporáneo, así como el de la posibilidad de acceder al pasado a través de sus fuentes e interpretación, posicionando a la hermenéutica al centro de la discusión. Uno de los valiosos elementos de este capítulo radica también en la forma en que se nos presentan las citas, las cuales son parte del texto mismo para “construir” al personaje de Colón a partir de sus propios diarios, cartas y demás testimonios escritos. Al igual que el dar lugar a otro personaje del pasado, Bartolomé de las Casas, para explicar a Colón, su mentalidad, percepciones y juicios sobre “los otros”.

Las preguntas que se plantea Todorov acerca de Colón son claves: ¿Qué lo impulsa a partir? ¿Qué estaba buscando? ¿Qué lo motivó? ¿Cómo piensa Colón de los indios? ¿Cómo perciben los indios a Colón? ¿Cómo se transforma el personaje? Preguntas como estás nos dirigen a través del texto y nos permiten ir descubriendo el pensamiento de Colón. Juzgado a partir de nuestras propias concepciones de “hombre moderno”, nos resultaría realmente inaceptable la forma en que se condujo en América, no obstante, mas allá de juzgarlo bueno o malo, Todorov busca comprenderlo en su propio contexto a partir de sus propias contradicciones. Sin embargo, eso no elimina “la denuncia” del autor ante las atrocidades cometidas por el conquistador en la construcción que Colón mismo hace del “otro”.

En cuanto al móvil de Colón por conquistar y descubrir, sus razones eran religiosas y nada lejanas de las razones de su tiempo, aunque sí teñidas de sus propias contrariedades individuales características de todo ser humano. Todorov nos dice que Colón inaugura el mundo moderno, pero él realmente no cabe dentro de él. Podemos inferir que su visión de llevar el cristianismo y su cosmovisión explica su comportamiento, sin embargo su afán por descubrir y el énfasis en la naturaleza ante el simple placer estético también nos hablan de características poco antes vistas. Por otro lado, su forma de acercamiento al “nuevo mundo” está determinado por sus lecturas, sus propias ideas y éstas en todo momento definen lo que está “descubriendo”. Todo lo mide a partir de sus propios parámetros o de aquello que quería encontrar y por lo tanto “el otro” no es más que es alguien ajeno, en la medida en que no cabe en sus presuposiciones. El indio es razón de asombro como parte de la naturaleza y como receptor del cristianismo merece atención, pero cómo ser humano igual no existe.

Realmente podría decir mucho más acerca del texto pero la pretensión de este reporte no es agotar la riqueza del capítulo. Para finalizar considero importante mencionar que al hablar de la alteridad, a través de este texto Todorov nos presente la construcción del otro, pero lo explica a través de un proceso histórico, que no se realiza en “el aire”. Las reflexiones se dan en torno al pasado, pero conocemos que afectan un contexto de recepción cargado de visiones sobre “el otro” y de juicios sin consideración y de consideraciones sin juicio. Habrá que revisar más sobre el tema que ocupa un lugar tan importante en la nueva historia cultural.

[1] Todorov, Tzvetan. La Conquista de América. El problema del otro. México: Siglo XXI, 2001.

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