Este capítulo del libro de Roger Chartier es bastante complejo, pero después de la exposición, análisis, y discusión en clase resulta más sencillo expresar su contenido. El autor elabora a partir de la afirmación de la crisis de las ciencias sociales y argumenta la razón por la cual la historia no se encuentra hundida en esa crisis general, pero apartándose de las explicaciones dadas anteriormente por otros historiadores. Él básicamente elabora sobre la búsqueda de la historia por nuevos objetos de estudio, cómo son las representaciones y analiza la posibilidad misma de que esas representaciones nos lleven a un conocimiento histórico, presentando como ejemplo su tesis sobre los libros en el siglo XVI al XVIII.
Chartier propone que la historia ha cambiado, pero esto ha sido debido a la trayectoria de su estudio en los últimos años en su apuesta por una historia global, la definición territorial de sus objetos de estudio, así como el tipo de datos y su tratamiento. Sin embargo, este modelo presentó un cuestionamiento gradual que lo llevó a una ruptura y al “nacimiento” de nuevos objetos de estudio, cómo son las representaciones. Es decir, todo lo que el historiador estudia son representaciones de lo social, ya que son estas las que le dan sentido al mundo y a las que Chartier intenta justificar su acceso para hacer de ellas un sujeto de conocimiento histórico.
Chartier utiliza su estudio sobre las prácticas de la lectura en los siglos XVI al XVIII para ver la forma en que los textos, su circulación, lectura y apropiación transformaron las prácticas sociales y las relaciones de poder. Para esto resalta algunas cuestiones fundamentales. En primer lugar, presenta el contexto de recepción, en el cual se debe considerar la sociedad, los lectores y las mismas prácticas de la lectura, así como la forma en que se reciben los textos, tanto en su materialidad como en su sentido subjetivo y la consideración de los pocos que en ese momento podían leer por si mismos. Después nos habla de las “apropiaciones” que significa la forma peculiar en que cada individuo comprende y hace suyo el texto y la forma en que le dotan de sentido para su mundo, el cual no se puede comprender como pre-dividido en clases, sino cómo una construcción donde los textos son parte de ese campo social que nos permite entender.
*Chartier, Roger. “El mundo como representación” en el Mundo como representación. México: Gedisa, Barcelona, 1992.
2 comentarios:
falta la referencia completa.
saludos
Gracias, ya subí la referencia completa. Sin embargo, tuve problemas con uniformar el tamaño de la letra, estuve intentándolo de diversas maneras.
Saludos
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