11 de febrero de 2009

“El ocaso de la sociedad”

Un ensayo sobre lo religioso y lo social.

por Alejandra Ortiz Chacón

¿Qué tanto puede explicarnos la cuestión religiosa sobre lo social? ¿Qué lugar en importancia ocupa cuando queremos interpretar a la sociedad? ¿Cómo hacer estudios sobre religión en una sociedad donde las categorías ayudan a definir pero también plantean limitantes? A través de este ensayo buscaremos reflexionar sobre estas preguntas, partiendo de un par de lecturas de Durkheim y Weber [1], así cómo de las discusiones llevadas en clase y el interés propio de quien escribe.


Para aquellos que nos interesa estudiar la religión, es casi imprescindible que aboguemos por su importancia para comprender a la sociedad. Sin embargo, tan sólo determinar si lo social se define a partir de las creencias religiosas de los individuos o viceversa, resultante bastante complejo y no respondemos a sus contradicciones y planteamientos. Para comenzar analizando lo que la teoría social clásica nos dice sobre la religión conviene advertir lo difícil que es comprender totalmente los planteamientos de Marx, Weber y Durkheim debido a qué el momento histórico y las formas bajo las cuales se desarrollaron sus investigaciones son distintas a las de hoy. Aún cuando un estudio más completo sobre el tema requiere indagar sobre el contexto de producción y recepción de sus obras, en este ensayo sólo reflexionaremos sobre algunos de sus principales planteamientos en cuanto al tema de interés.


En la clase se presentó lo que posiblemente eran las ideas de Marx sobre la religión, partiendo de lo comentado sobre sus Escritos de Juventud. Este autor, aún cuando nunca escribe sobre el tema de forma específica, sí hace declaraciones que han sido fácilmente comprendidas fuera de su contexto [2] y le atribuyen ideas sobre el poco valor de la religión en la sociedad y cómo medio de enajenación. Sin embargo, él al igual que Durkheim y Weber reconocen la preponderancia social de la religión y le observan como su propio reflejo.[3] De hecho, posteriormente la misma sociología ha “institucionalizado” su interés por comprender las interacciones sociales con la religión, pues el planteamiento principal de ciertos estudios sociológicos es, según Goddjin el interés en el papel que ocupa lo religioso en la sociedad y las acciones que ejerce sobre ella.[4] Por tanto lo que interesa al sociólogo es explicar estas interacciones. “La sociología de la religión dirige precisamente su atención a este incesante proceso de entrelazamiento de los valores religiosos con la acción de factores sociales, que el sociólogo profesional denomina institucionalización.”[5] Sin embargo, estas relaciones no pueden ser sencillas en un contexto tan complejo como el que nos plantea la modernidad.


La religión es un producto social que adquiere importancia para su estudio dentro de la modernidad ante el vaticinio de su ocaso, planteando cuestionamientos sobre el ser humano en este marco y la forma en que vive su religiosidad. Estas mismas preguntas conllevan la necesidad de definir “religión”, “modernidad”, “iglesia”, “lo sagrado”, “los mitos”, que desde la óptica que Occidente ha desarrollado ahora se juzgan aparte y por lo tanto han adquirido nuevas representaciones. La racionalización es distinta, como lo explica Weber, pues la sistematización, las leyes, la ciencia y la burocracia han transformado al mundo. Pero aún así, en su tesis nos refiere a “la ética de trabajo” que en el espíritu del capitalismo, responde a conductas motivadas por la religión[6], pese al desencantamiento que se ha producido.


Otra cuestión observable es la experiencia personal y el papel que juega al estudiar a la sociedad y la religión. Cada uno de los clásicos que mencionamos tuvieron su propia trayectoria que les dio perspectiva para abordar la religioso. Es indudable que esto introduce la cuestión objetividad-subjetividad, pero más que negar la posibilidad de análisis la enriquece y lo que hoy se busca es comprender desde la óptica misma de los fieles para así entender sus prácticas y significaciones. Si bien las categorías de análisis nunca podrán abarcarlo todo, es útil comprender lo mejor posible el objeto de estudio y su propia dinámica para después encontrar un marco teórico y conceptual que se aproxima a explicarlo. Podríamos pensar que esto no es plausible en los estudios de religión, pero el investigador no se dedica a demostrar la veracidad de las creencias, sino su funcionalidad y repercusiones en lo social. Por esta razón, lo que se gesta en lo individual está enmarcado socialmente, pero también proviene de las tradiciones en un contexto histórico y tiene repercusiones sobre la forma de comprender la vida, de vivirla, entenderla y buscar su transformación.


La religión está presente en todas las sociedades y su aparente centralidad es contradicha actualmente. No obstante, nos encontrarmos ante una redefinición donde la misma sociedad intenta compredenrse así misma en los límites de la modernidad y ante la ruptura de los grandes paradigmas. Considero por lo tanto, que el ocaso de lo religioso representaría el ocaso mismo de la sociedad: como forma de explicación y como parte de su propia constitución. Tomando prestado lo dicho por Durkheim, la religión ha estado presente desde los orígenes en las sociedades más primiticas (aún cuando su estudio carezca de otro tipo de rigor), ayudan a explicarlas en sus valores, ideales y relaciones.[7]




[1] Emile Durkheim , Las formas elementales de la vida religiosa, (México: Colofón, 1991) y Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, (México: Colofón, 1998)

[2] Frases mencionadas tradicionalmente como : “La religión es el opio de los pueblos” o “ La religión es el suspiro de los pueblos oprimidos”

[3] Jeremy Townsley sitio web official, “Marx, Weber and Durkheim on Religion”, http://www.jeramyt.org/papers/sociology-of-religion.html (acceso octubre 20, 2008)

[4] H. y W Goddijn, Sociología de la Religión y de la Iglesia. (Buenos Aíres: Carlos Lohlé, 1973): 9.

[5] Ibid., 13

[6] Max Weber, La ética protestante, 21-22.

[7] Emile Durkheim , Las formas elementales, 8-15.

1 comentario:

Miriam García Aguirre dijo...

Hola Alejandra, gracias por seguir contribuyendo a este espacio. Me parece que este texto es un buen ejercicio, un punto de partida para el analisis que vas a realizar en tu tesis. De manera particular, rescato el segundo parrafo porque ahi queda claramete delimitado el proposito de este texto, en los siguientes, problematizas tu lectura de estos trabajos en torno a este asunto de la reflexividad. Tambien esclareces el horizonte hacia donde se dirige tu planteamiento con esa introduccion llena de preguntas. Es fundamental la lectura de los clasicos para tu trabajo. Saludos.