22 de junio de 2009

Dudar: Nada está dicho

Por César Alexis Marcial Campos

El siguiente ensayo es un conjunto de inquietudes que me han dejado el curso y lecturas realizadas enfocadas sobre la historia cultural, la forma en que representamos el pasado y el acceso a la realidad por medio del lenguaje, cuestiones que me invitan a seguir dudando y continuar su estudio.

¿Qué es historia, qué es cultura…qué es la historia cultural?

¿Cuál es el objetivo de la historia o del historiador, mejor dicho, de la historia cultural y del historiador cultural? El desarrollo de la historia cultural tiene que ver con la necesidad del historiador por explicar procesos sociales que anteriormente no habían sido tomados en cuenta por los historiadores. En este sentido, la historia cultural nace por la insatisfacción que dejaba otras formas de hacer HISTORIA y que su explicación de los fenómenos que atañen al historiador no habían sido analizados con el enfoque debido para dar una mejor explicación histórica.
Sin embargo, debemos recordar que el objetivo del historiador y su obra no se debe observar como un trabajo que se dirige a recrear simplemente el pasado con una perspectiva del presente en la que se contraste el progreso que se ha venido dando con los años. De pensarlo así, tenemos el ejemplo claro de Buckhardt quien manifestaba que tal progreso en la sociedad es inexistente.
Aunque podremos decir que la historia es el estudio de las relaciones que generan los humanos en el pasado y que de cierta forma han “determinado” nuestro presente. Sin embargo, el estudio de la historia no ha sido del todo igualitario, podemos encontrar más estudios sobre ciertos enfoques económicos, políticos, que de historia social o cultural.
En este intento por querer descifrar la historia nos llevaría un buen de tiempo. Sin embargo, hay que recordar que sus definiciones están ligados a un contexto a una propia historia de lo que se entiende por HISTORIA. Asimismo la cultura no escapa de este estigma. La podemos definir como todo es cultura, la cultura es todo lo que hacemos. Por otra parte, dejando de lado esta definición sencilla, debemos mencionar que hay un gran número de trabajos que se han realizado con el objetivo por definir la cultura.
Si partimos entonces del supuesto de que la cultura es todo lo que el ser humano hace. Podemos darnos cuenta de la gran tarea que tiene el historiador cultural. Y de que la historia se encarga de estudiar las relaciones que generan los humanos en el pasado y que de cierta forma tienen un significado en nuestro presente. Así la historia cultural viene siendo una metodología que nos permite enfocarnos y rescatar elementos que la HISTORIA no ha puesto su atención, olvidando centrar su atención a la cultura de alguna civilización específica en un tiempo específico, nos ayudaría aproximarnos a ella y entender el trayecto de su devenir histórico.

La observación y representación del pasado

Entendiendo al presente como resultado de un sin fin de procesos y coyunturas que conocemos parcialmente o por el contrario que desconocemos en su totalidad. Y que de este devenir existen huellas, vestigios que permanecen y nos plantean una serie de problemas que podrán dar al historiador cierta idea del contexto de ese objeto. Sin embargo, cuando nos planteamos un trabajo a investigar con ciertas evidencias, fuentes, cabría preguntarnos ¿Qué tanto podemos representar el pasado por medio de ella?
La tarea del historiador comienza a dificultarse, como si no fuera suficiente. El lugar social, que ocupamos en el tiempo nos condiciona, nos afecta o influye de cierta manera. Aún más lo hacen nuestros referentes intelectuales, nuestras lecturas. Las corrientes del pensamiento confluyen con nuestro lugar social y con nuestra personalidad. Hasta cierto punto, el historiador y los individuos deben su ser a un conjunto de elementos ajenos a él. Es decir, los ojos con que observamos, la manera en que lo hacemos, la necesidad de hacerlo forman parte de un conjunto de necesidades que se producen dentro de un lugar social y de un tiempo determinado, de una ideología imperante.
¿El entorno constituye al individuo y éste es tan sólo un reflejo de ello? Si fuera de esa manera no existiera problema alguno al hablar de cultura puesto que somos reflejo del espacio social que ocupamos y nuestras construcciones derivadas por dicho espacio son un reflejo de nuestro entorno de nuestra cultura. Entonces por qué al hablar de representaciones culturales existen fricciones y diferencias. Ejemplo claro es la definición de cultura desde una perspectiva de la de lo popular y de la élite, aún más la existencias de individuos que corresponden a esas culturas.
En este aspecto, podríamos mencionar que al existir fricciones en relación con representar lo que es la cultura, se desprendería la idea de que el individuo como una construcción social no es único, sino que construye diversos sujetos, diversas culturas sujetas a un entorno específico en tiempo y espacio, a esto deberíamos agregar al individuo que se mueve dentro de estos dos aspectos y que si somos parte del lugar social en que vivimos, debemos mencionar que éste produce tantos individuos como lugares existen.
Esto dificulta al historiador en la tarea de representar su objeto de estudio. Fácil es hacerlo desde el presente poder ubicar al sujeto en tiempo y espacio, conocer sus influencias, intereses, etc. para así dar un enfoque que pueda dar una imagen tal cual es. Sin embargo, hacer lo anterior con un objeto de estudio del que se tiene muy poca información es algo más complicado, todavía lo es más poder acceder a la realidad para explicarla y darlo a conocer en nuestro tiempo.

¿El lenguaje acceso a la realidad o representación de la realidad?

¿Pero hasta qué punto podemos acceder? No podemos introducirnos al pasado, pero sí podemos representarlo. La literatura, el cine, los documentos, etc. son algunos elementos de los que podemos usar en nuestro momento para llevar a cabo dicha tarea. Para esto, hacemos uso del lenguaje, en caso específico la palabra. Cada verbo, adjetivo, sustantivo que se escribe en cierto momento, espacio tiene un cierto significado específico que puede llegar a comprenderse.
Sin embargo, habrá que hacer una distinción entre comprender y acceder a la realidad. Puesto que en el primer caso, podemos entender el contexto, la trama, el conflicto, etc. Pero quizás no lleguemos a sentir esa misma experiencia que llevó al autor al escribir una novela, una nota, un reporte, etc.

Conclusión

Finalmente cabe mencionar ante este breve repaso de la historia cultural y las dudas que han surgido. Que falta mucho que debatir, no es un tema terminado. Al igual que la historia de las mentalidades tuvo su auge y declinación, surgiendo la historia cultural para enfocarse en aspectos olvidados por las mentalidades, de esta manera podemos esperar que la misma historia cultural ira generando crítica y reflexión entorno así misma y que al abandonar dicha reflexión perecerá. Mientras tanto, debemos recordar que no hay nada dicho, la última palabra no ha llegado y no deberá llegar. Podemos seguir dudando, podemos seguir proponiendo.

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