9 de diciembre de 2009

La visión de frontera: vista regional vs vista centralizada

Por Paulo Sergio Sánchez Porras


El objetivo de este escrito es comparar la visión de la frontera México- Estados Unidos que nos presenta Norma Iglesias en su trabajo, en donde se aborda la temática de la frontera desde un punto de vista muy centralizado, contrastándola con la visión que nos presenta los videos documentales revisados en clase donde observamos, el punto de vista regional, buscando establecer los problemas pertenecientes de la frontera y los que podemos encontrar a lo largo del país. La intención de este trabajo no es deslindar totalmente el imaginario negativo que se tiene sobre la frontera, pero hasta cierto punto, se busca una percepción más objetiva y menos centralizada de la frontera.

Al vivir en una ciudad fronteriza como lo es Tijuana, de la cual se han derivado cantidades de estereotipos, que a lo largo de los años han fomentado este imaginario de la ciudad de la perdición, pero, ¿hasta qué punto es esto cierto? Para responder esta pregunta, nos basaremos en las producciones cinematográficas. A esto Norma Iglesias menciona lo siguiente: “…la frontera se veía como un espacio que daba la libertad a sus pobladores, como la tierra de nadie y de todos, donde la ley tradicional tenia muy poco sentido, y donde otras reglas entraban en juego...” (Iglesias, 2003: 328).

Con base en esto podemos empezar a entender, como la frontera se concibe como el punto en el que las personas pasan de las viejas costumbres a nuevas “reglas” sociales, las cuales representan una serie de libertades y atractivos, pero la libertad pronto se convierte en libertinaje, En el caso de Tijuana, podemos encontrar relacionadas estas

“libertades” con los vicios y sus excesos, uno de los puntos que fomentan el imaginario de una frontera llena de perdiciones.

¿Cómo se reproduce esta imagen de la frontera? La imagen de la frontera desde los últimos 70 años se ha reproducido gracias al cine, que por tratarse de este tema se le denomina “cine fronterizo”.

Definamos el cine fronterizo como aquel en el que la trama, o una parte importante de ella, se desarrolla en la frontera entre México y los Estados Unidos. Es también aquel que de manera central hace referencia a un sujeto o personaje fronterizo, independientemente del lugar en el que se desarrolle la trama; se caracteriza por hablar de la población mexicana o de origen mexicano en los Estados Unidos. Parte importante de su argumento se refiere a la frontera o a sus problemas de identidad nacional. (Iglesias, 2003: 330)

La producción cinematográfica acerca de la vida en la frontera, tiene gran importancia dentro del estereotipo que se creó con el paso de los años en México, y es que debido a que la temática de la frontera resultó demasiado rentable, la cantidad de producciones fue demasiada y tuvo un gran alcance, un público que se identificaba con los problemas observados, en donde en un comienzo se abordaba el problema de la migración, eso relacionado con el programa bracero y los indocumentados que buscaban una vida mejor en Estados Unidos.

Ahora bien, Norma Iglesias establece tres periodos de 1938 a 1989 en los cuales, clasifica las temáticas por los periodos de tiempo en los que se presentaron ante el público, es decir, que durante ciertos periodos de tiempo, las temáticas fueron distintas y pasaron de abordar temas como la identidad nacional, a explotar la imagen de una frontera violenta, en resumen, pasa de la vida del trabajador, a un estilo chicano, concluyendo con una frontera violenta. En esta temporalidad, podemos encontrarnos con un discurso en el que la frontera es sinónimo de violencia, infortunas, vicios, libertinaje etc. haciendo uso una vez más del caso de Tijuana, se le tiene considerada como una ciudad donde sólo se ve corrupción, drogadicción y violencia, pero como decíamos al principio de nuestro ensayo, esto no es más que la construcción de un imaginario del centro del país, y gracias al alcance que tuvieron estas producciones, nos encontramos hoy en día con estas relaciones entre frontera igual problemas sociales. Pero, tomando en cuenta una de las observaciones que hacia Iglesias en su texto, esto se debe a que no ha habido producciones regionales que reflejen la vida diaria de la frontera y a falta de este tipo de recursos, estas ideas continúan prevaleciendo como imaginario social, que parecemos aceptar.

Actualmente, de acuerdo con la gran cantidad de documentales y proyectos de este tipo por parte de las instituciones culturales se ha despertado un interés por documentar la vida en la frontera, para esto se ha recurrido a la historia oral, que se obtiene a base de entrevistas, permitiendo así, la elaboración de un discurso con las experiencias de la gente, darles la palabra y representar un poco de lo que es la vida en estas ciudades, para esto, nos centraremos en dos producciones que nos dan una visión sobre la frontera, tenemos el caso del documental de Frontier Life, dirigido por Han Fjellestad y el documental Que suene la calle, de Itzel Martínez del Cañizo.

En el primero, se busca proyectar una serie de estilos que se producen en la ciudad, por una parte, vemos la vida de los corredores clandestinos y de cómo trabajan sus vehículos, remarcando aquí, un discurso de orgullo y poder, además se presenta la descripción de un conjunto de personas que elaboran música electrónica usando bases de norteño, haciendo así, referencia al encuentro de cultura entre el norte y el sur, dándole de este modo un estilo propio a la ciudad, lo cual nos permite retomar la cuestión de que la frontera va más allá de la violencia y los problemas, pasa a ser un punto de encuentro cultural, es decir, cada día se observa su crecimiento, y con esto la llegada de nuevas mentalidades y costumbres que con el paso del tiempo pasaran a formar parte de una nueva estructura social. Por último se menciona una referencia al tratamiento de aguas que se da en la ciudad, dejando al descubierto la tecnología y a la vez, sus deficiencias como parte de un sistema imperfecto de mejoras para la ciudad.

En el segundo video encontramos una serie de testimonios que reflejan las duras condiciones en que se desarrollan algunas mujeres dentro del sector marginado de la ciudad, aquí sí podemos encontrar algunas de las características que se abordaban en el cine fronterizo de los ochenta, pero en este caso, ya no forma parte del imaginario estereotipado, pero conforme se desarrolla el documental, podemos concluir que este problema no es exclusivo de la frontera, lo tenemos en el sur y centro del país, las condiciones en las que aparece no son únicas en estas ciudades, y como ya mencionamos, se observan en cualquier parte del país. ¿A dónde llegamos con esto? Sencillo, una vez que tenemos conocimiento sobre la visión estereotipada y tenemos algunas producciones elaboradas en la región, podemos confrontar el resultado de ambas producciones.

En primer lugar y como mencionábamos anteriormente, el problema de la drogadicción, narcotráfico y violencia, no son exclusivos de la frontera, ya que los factores que permiten su desarrollo no exentan a cualquier parte del país de su desarrollo, pero como menciona Iglesias en su escrito, los productores buscaban vender su producto, de acuerdo con el texto de Norma Iglesias, y al despertar el interés en los temas de frontera, se recurrió a la exageración de las problemáticas sociales para atraer la atención del espectador y podemos ser testigos de esto partiendo de la clasificación por etapas de este cine, anteriormente ejemplificada, en la cual, a medida que pasan los años, los tópicos van cambiando y de esta forma, con la exageración de temáticas, consiguen llamar la atención del público, formando así este imaginario de frontera.

Ahora bien, con esto no decimos que el cine fronterizo es un fallo a la representación de la vida diaria de la frontera, ya que mantiene un punto que podemos encontrarnos diariamente, este lo plantea como crisis de identidad, pero aligerando un poco el concepto, la vida en la frontera es un punto de encuentro entre culturas, teniendo como resultado la diversidad cultural que observamos diariamente, ¿Por qué? Las personas llegan a la ciudad en busca de mejoras, algunas logran cruzar a Estados Unidos, otras se quedan, pero debido a la cercanía con el país, podemos observar como las personas cambian sus costumbres o se adaptan al sistema social, podemos evidenciar esto con la manera de hablar, vestir y vivir, ya que se intenta imitar un poco el estilo norteamericano, pero una vez más, señalamos que se incorporan algunas tradiciones del sur. Es por eso que rescato esta propuesta que observamos en el documental de Fjellestad, en donde se habla sobre la fusión de ritmos musicales, y eso es lo que vemos con las personas, una fusión de ideas y percepciones.

Pero lo que sí podemos decir y concluir, es que el encuentro cultural que se da en la frontera es mucho más probable que en cualquier otra parte del país, esto debido al fenómeno de la migración, que a lo largo de los últimos cincuenta años, se ha presentado y que no tan próximo a representar un problema de identidad, representa una adaptación de nuestra identidad, ante un contexto que constantemente se mantiene en cambio. Dejamos de lado la cuestión de la violencia, es verdad, también eso es parte del entorno social, pero como mencionamos anteriormente, no son particularidades exclusivas de la frontera, el narcotráfico, las adicciones y los vicios están en todas partes, ninguna región se encuentra exenta.

Por lo tanto la imagen de frontera violenta a la frontera cultural no está tan separadas, ya que ambos factores los observamos en la vida diaria, tal vez el ámbito cultural no se encuentre tan comercializada como las notas rojas que se publican en los diarios y la televisión, pero entre las dos concepciones encontramos las acciones del individuo que día a día le dan esta característica a la forma de vida que se adopta en la frontera, la cual no se define por un sólo factor, ya que como mencionamos anteriormente, este se mantendrá en constante cambio debido al intercambio cultural.

Bibliografía.

Iglesias, Norma. 2003. Retratos cinematográficos de la frontera. El cine fronterizo, el poder de la imagen y la redimensión del espectáculo cinematográfico. En Por las fronteras del Norte. Una aproximación cultural a la frontera México-Estados Unidos, co. José Manuel Valenzuela Arce. México: FCE

Roca, Lourdes. 2004 “La imagen como fuente: una construcción de la Investigación Social”, Razón y palabra 37 (febrero-marzo)

Martínez del Cañizo, Itzel. 2006. Que suene la calle.

Fjellestad, Hans. 2006. Frontier Life

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