22 de octubre de 2008

Historia de la cultura política

Riccardo Forte, “Golpismo militar en América latina y política exterior estadounidense desde la perspectiva de la historia de la cultura política”.
por Abdiel Espinoza

Este capítulo trata sobre un tema interesante y abordado con anterioridad por distintos historiadores: el golpismo en América Latina y la política exterior de los Estados Unidos, que desde distintos enfoques ha sido interpretado. Sin embargo, la propuesta de Forte, que proviene desde la historia de la cultura política, resulta sumamente atractiva porque no se pierde en los factores económicos sino que se centra en los políticos, para ser más específicos, en la historia de cultura política. Ahora aquella vieja perspectiva relegada por los Annales parece regresar enriquecida y dispuesta a ser útil para el historiador.

El objetivo central de la lectura es un reanálisis de la participación de los militares, es decir, el golpismo militar, en América Latina. Para ello, buscará encontrar la importancia de los factores internos de los países latinoamericanos (características del cuerpo de oficiales), con respecto a los las influencias externas o factores externos (característica de la política exterior de los Estados Unidos). Por lo cual, dirige sus esfuerzos en lo que él llama variables: en primer lugar, la cultura política en la sociedad estadounidense y la repercusión en su política exterior; en segundo lugar, la cultura política castrense en Latinoamérica y su relación con el golpismo.[1]

Para el caso de la política exterior estadounidense, Forte parte de la premisa que la política exterior de un Estado forma parte de fenómenos político-culturales y por lo tanto, son condicionados por la cultura política de su contexto, de tal manera que se da a la tarea de encontrar en la sociedad estadounidense las practicas culturales que pongan de manifiesto la existencia de un valor presente y arraigado en toda la sociedad que determina la política exterior del país, en sus dos dimensiones, el objetivo general y las necesidades inmediatas. En su búsqueda trae al centro de su atención tesis de autores que han tratado de encontrar la guía de la política exterior y llega a la conclusión que es el valor de la libertad, de libertad política, arraigados fuertemente en la sociedad.

Si bien es cierto que el concepto de libertad, de libertad política, no es estático sino que ha tenido diferentes significados en el tiempo porque se define de acuerdo al contexto, es la clase política quien ha tenido el reto de ir cambiando el significado de “libertad” para contar con el respaldo de la sociedad en las intervenciones externas, lo cual las legitima, y caracteriza su política intervencionista no como imperialista, sino como seguidora de un objetivo general: un intento constante de construir un mundo libre para la democracia.

Para el caso de la cultura castrense latinoamericana busca las ideas políticas del sector militar a partir de la histórica participación que han tenido en sus respectivos países, como consolidadores de las independencias y formadores de los Estados-nación. De tal forma que a través de esas intervenciones históricas se han consolidado prácticas culturales políticas en el seno de este sector que le han permitido intervenir justificadamente en los asuntos internos.

Si en la política exterior estadounidense hay un valor que es la libertad la que cobra un papel de primer orden, en la cultura castrense el contexto histórico permitió que se construyera en este sector determinada cultura política con características nacionalistas y superioridad de lo militar sobre lo civil; a partir de lo cual, formaban su propia opinión sobre la realidad que ellos veían como caótica a consecuencia de la introducción de elementos externos como el liberalismo y la democracia, inaplicables en sus contextos, por lo que el eje central de su participación política ha ido la seguridad del país. De tal manea que la idea de libertad no era aceptada por los militares ya que la consideraban como un elemento que debilitaba la seguridad.

¿Cómo poner de acuerdo dos culturas políticas tan diferentes entre sí como la idea de libertad en la política exterior estadounidense y el nacionalismo castrense? Sencillo, redefiniendo a ambas de acuerdo al contexto y las necesidades presentes, en la segunda mitad del siglo XX el socialismo fue el catalizador ideal para ello, ya que amenazaba la idea de libertad para la democracia en el mundo, según los estadounidenses, mientras que amenazaba la seguridad nacional y la existencia misma de los Estados-nación, según los grupos militares. La contribución de Forte no sólo es valiosa por identificar las culturales políticas de estos dos sectores, también lo es por ubicarlas en el tiempo e insertarle el elemento de cambio, la significación constante de sus valores y por lo tanto, de sus acciones, válidas o justificables únicamente en su tiempo y espacio, es decir, su contexto.

A partir de la localización de la cultura política de la política exterior de los Estados Unidos y la clase militar latinoamericana, Forte hace una nueva interpretación del fenómeno de intervención militar estadounidense. Esta nueva percepción de la política, o mejor dicho, la cultura política como categoría y perspectiva para analizar la construcción a partir de los individuos que tiene referentes ideológicos, intelectuales, económicos, políticos y sociales diferentes y compartidos, derriba la concepción aburrida de la política como algo homogéneo y estático.

A manera de conclusión rescataría dos aspectos que considero interesantes de la historia de la cultura política: número uno, el énfasis que hace en lo individual y el rescate que hace de las diferencias, pues es a partir de los individuos que no solo comparten, sino que también difieren en los referentes ideológicos, los que construyen la cultura política, de tal forma que, le dan vitalidad, en la medida que se desarrollan en su seno tensiones provocadas por las diferencias y consensos que dan cohesión social al aceptar todos un mismo referente. Todo esto no sólo ocurre en el interior, sino que se refleja en cada acción en el exterior, pues ésta sólo es un reflejo o una consecuencia. En segundo y último lugar, plantea una historia más humana de lo que tal vez el propio Bloch lo imaginó, en cuanto no sólo centra su intención en los individuos, sino en las percepciones que éstos tienen, y como éstas se encuentran y desencuentran pero determinan un curso fijo a determinada acción, llámese política exterior o golpismo militar.

[1] Riccardo Forte, “Golpismo militar en América latina y política exterior estadounidense desde la perspectiva de la historia de la cultura política”, en Cultura política en América. Variaciones regionales y temporales, Riccardo Forte y Natalia Silva Prada (coords.), (México: UAM (Biblioteca Signos), 2006, p.155