18 de noviembre de 2008

Michelle Perrot: "Salir"

Reporte de lectura.

Por Carlos Salas Contreras

Los autores en este capitulo tratan de ilustrar la diversidad de condiciones sociales, creencias religiosas, tradiciones culturales y trayectorias individuales de las mujeres y mostrar que ni la condición femenina ni la condición tienen una esencia que las defina, sino que son construcciones históricas estrechamente relacionadas entre sí, y que a través de la historia de mujeres, es importante ver como la historiografía se hace presente en la historia de las mujeres de occidente. Por otra parte los autores hacen énfasis en la historia mundial de las mujeres, que no creo que sea mundial, ya que estos autores, su análisis, principalmente lo basan, y lo abordan más, desarrollándolo principalmente en Europa occidental.

Estos dos autores nos presentan una historiografía en la que las mujeres ocupan el lugar central en esta historia de las mujeres,los autores a su vez profundizan en momentos históricos significativos, como lo fue la sexualidad del siglo XIX,y las mujeres que ocupan la parte principal del relato como protagonistas que influyen y, a la vez, reciben la influencia de su entorno histórico, empieza con Judith Walkowitz aborda otro ángulo de las relaciones sociales de género al analizar las "Sexualidades peligrosas" —prostitución y homosexualidad— que con el crecimiento que se dio de la industrialización se presentó a la par un crecimiento de este fenómeno, arriba señalado nos dice que para citar a los historiadores Kathy Peiss y Cristina Simmons,dice que la sexualidad no es "una realidad biológica inmutable ni una fuerza universal de la naturaleza",si no mas bien el "resultado de un proceso politica,social,economico y cultural",esto quiere decir que la sexualidad tiene una historia". (Perrot 2001, 63).

Ya que en el siglo XIX las culturas sexuales ejemplificaban el carácter de construcción social propio de la sexualidad que se presentaba en ese momento, así mismo la sexualidad construyó un fuerte tema de discusión tanto en el terreno público como en el privado, ya que por este motivo se desarrollaron una serie de conflictos en referencia al sexo,a la clase social y a la raza.Ya que cuando la sociedad de esa época hablaba de sexo era motivo de luchas que de alguna manera, se hacia referencia al peligro sexual,a la proliferación de practicas sexuales fuera de la santidad del hogar,ya que una serie de acontecimientos con respecto a la sexualidad no procreadora, ya que ponía en evidencia al lecho matrimonial, esto por la baja en la tasa de natalidad.El sexo no procreador en el matrimonio para la sociedad de la época fue un hecho que resulto junto con la expansión del sexo comercial, el homosexualismo, la heterosexualidad, junto con la negatividad de la sexualidad femenina no reproductora,se convirtió en una transgresión sexual que limitaba la libertad sexual de la mujer en esa época.

La historia de las sexualidades peligrosas en el siglo XIX fue un complicado proceso de negociación cultural y de debate en la formación de la sexualidad de esa época.Ya que los intercambios y las disputas culturales en torno y con respecto a las sexualidades femeninas peligrosas, se hicieron presente en todos los niveles sociales y en los múltiples espacios urbanos.Por lo tanto podemos ver que el siglo XIX fue un momento histórico muy importante ya que las mujeres de clase media consiguieron acceder al espacio publico para hablar de cuestiones sexuales, gracias a los medios de comunicación y a la opinión publica de la época, que sin embargo esta libertad se veía limitada por la cultura de esa época.

Los autores nos hablan del papel que desempeñaban las prostitutas, ya que las mujeres de la clase media organizaban su identidad en torno a la figura de la mujer caída, ya que la mayoría de las mujeres aceptaban a la prostituta como otra, degradada, la envilecida alternativa sexualizada a la feminidad materna y domestica. (Ibid., 76). Por su parte el aborto así como la prostitución a pesar de que era ilegal durante el siglo XIX,era una practica perfectamente conocida, negocio muy prospero en Europa y en los Estados Unidos.

El desarrollo del feminismo histórico pone de relieve como desde las coordenadas de una clase social o desde el conservadurismo político, algunas mujeres cuestionaron las restricciones de género de su sociedad y abrieron nuevos cauces en sus ámbitos culturales, sociales y laborales. Aunque no fueron partidarias del principio de la igualdad entre hombres y mujeres, estipularon su derecho a un rol activo en la esfera pública en los terrenos educativos, culturales y de asistencia social. Exigieron un reconocimiento del trabajo de las mujeres, un estatus social mejorado y su derecho a un rol activo en muchos campos socio-culturales. Aunque no discutieron el monopolio masculino del mundo de la política, disputaron las normas culturales de género que restringían sus actividades al ámbito doméstico y forjaron nuevos espacios de actividad femenina en el dominio público. Asumieron su rol de género en la casa como madres y esposas, pero no se limitaron a ser "ángeles del hogar". Cuestionaron la separación de las esferas, postulado básico del discurso de la domesticidad, y reclamaron su rol en la esfera pública. Es cierto que su presencia pública fue limitada y que tampoco marcó una ruptura global con los modelos de género pero sus demandas y práctica hicieron patentes ciertas transgresiones de las normas y valores de género establecidos. (Ibid., 283).

En conclusión el desarrollo del feminismo histórico abrió un proceso de aprendizaje y de concienciación feminista que podía plasmarse en el cambio que se dio en el siglo XIX, y que permitió que la mujer tuviera mas presencia en la vida social de una sociedad que relegaba a la mujer a un segundo plano.


Michelle Perrot. 1993. "Salir", en Historia de las mujeres en occidente, dir. por Georges Duby y Michelle Perrot. Madrid: Taurus.

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