21 de noviembre de 2008

La Nueva Historia Cultural, de Roger Chartier

Por Sarai Espinoza Solorio
En el capítulo “La nueva historia cultural” Roger Chartier señala aquellos elementos que integraron el proceso de formación y consolidación de la historia cultural. El capítulo nos presenta un esbozo de cómo se fue desarrollando la historia cultural, los problemas que enfrentó y las características que la diferenciaron y particularizaron del resto de las perspectivas históricas más específicamente de la historia de las mentalidades (Chartier 2005, 13-14).
Chartier inicia su capítulo presentando los “orígenes” de la historia cultural. En 1989 con una publicación de Lyn Hunt, se presentaban aquellos elementos que construían y problematizaban a la historia cultural (Ibíd., 13). Uno de los primeros aspectos que caracteriza a la historia cultural es la forma en que se comprenden y significan los simbolismos, las relaciones sociales, entre otros.
Es interesante como a través de este capítulo se menciona aquellos elementos que conforman y le dan sentido a la historia cultural. Por un lado se tiene una nueva perspectiva que integró a su estudio formas que anteriormente no eran usadas del todo en los estudios historiográficos, como la literatura, el cine, etc. Además la historia cultural permite una interacción más amplia con otras disciplinas de estudio, muy en especial, según el autor con la antropología y literatura.
Chartier señala dos vertientes de la historia cultural, lo trabajado por los norteamericanos con conceptos tomados de antropólogos como Victor Turner y Mary Douglas y los franceses con críticas al interior de los Annales y la historia de las mentalidades. Así como reflexionar acerca del trabajo del historiador, las técnicas y prácticas que utiliza para realizar y difundir determinado tema o problemática.
El autor en una parte de su capítulo hace una reflexión acerca de la historia de las mentalidades. Para empezar la historia cultural contribuyó a romper con lo dicho, en un tiempo, por la historia de las mentalidades. Entre los cuestionamientos más recurrente está la relevancia que se le da a las fuentes primarias, el uso de las temporalidades según Braudel y por último la manera tan ambigua de pensar la relación sociedad e historia (Ibíd., 16) Para Chartier la historia de las mentalidades presenta “deficiencias” en su forma de abordar y comprender a la sociedad; situación que la historia cultural mejoró y avanzó de forma importantísima al darle legitimidad a otras temáticas de investigación.
Otro de los aspectos fundamentales del capítulo de Chartier se da en los enfoques que utiliza la historia cultural. El primer orden de significaciones nos lleva a construir la historia de los textos, de las obra y de las prácticas culturales como una historia de doble dimensión (Ibíd., 24) El segundo nos lleva a construir la acepción de cultura desde un aspecto antropológico centrado en la representación de simbolismos y lenguajes.
Para Chartier la nueva historia cultural además de estar un “paso” arriba de la historia de las mentalidades, representando una nueva perspectiva no solo histórica sino también personal para aquel individuo que decide acercarse a esta perspectiva. Debido a que nos muestra una forma más activa de participar en los textos que se estudian, se convierte en un proceso en el cual el historiador es la pieza más importante del rompecabezas.
Además la historia cultura según Chartier, nos plantea el problema entre lo sabio y lo popular, sobre todo como aquel encasillamiento de una forma u otra de desarrollar la cultural. Sin embargo, la idea fundamental de la historia cultural no sería dividir como tal una acción determinada de la sociedad, sino integrarla en un proceso de comprensión y significación.
Bibliografía.
Chartier Roger, “La nueva historia cultural” en El presente del pasado. Escritura de la historia, historia de lo escrito, México: Universidad Iberoamericana, 2005.

No hay comentarios: