Por Álvaro Alejandro Evangelista Sepúlveda [1]
En este escrito se analizarán los principales aspectos e ideas del texto “Tiempo pasado”, de Beatriz Sarlo, en donde se observa como el pasado es parte primordial para los humanos, ya que es esa idea que nos acosa, destruye, crea, reanima, da sentido, vida, es de suma importancia para los historiadores y otros especialistas, que se sirven de él para comprender los procesos formativos de la humanidad. Es el recuerdo y lo que no podemos recordar lo que nos intriga, en especial el no tener conocimiento sobre ciertos aspectos del pasado, como lo relacionado con la evolución o el surgimiento de los humanos, de dónde venimos, lo que brinda muchas ideas para soñar, investigar y escribir. [2]
Los humanos vemos el pasado en razón de nuestro presente y con miras al futuro, ya que no podemos desprendernos del lugar social que nos influye, tanto de manera positiva como negativa. Esto lo expresamos en nuestros escritos e ideas, yo mismo estoy siendo afectado por mi lugar social, por mi contexto, en este momento.
En el siglo XX se llevó a cabo una revisión de la forma de percibir el pasado y lo que de este se buscaba. Ahora temas que antes desapercibidos pasaban a los ojos de los estudiosos, eran asunto de estudio. Supongo que este cambio, esta evolución de la disciplina histórica en su relación al pasado, se dio en el marco de la nueva historia que rompía con el paradigma tradicional rankeano. Entonces se surgieron una serie de posibilidades de análisis y se formularon maneras distintas de realizar éstos.
Pero el recordar implica volver, en muchas ocasiones, a abrir heridas y viejos conflictos, darlos voz de nuevo y hacer que cobren otra vez vida con graves resultados. Y no es que debamos olvidar, cerrar los capítulos dolorosos de nuestra historia sin más, sino que es más óptimo, mucho más propicio el tratar de entender lo que pasó, aunque esto, paradójicamente, requiera recordar. Debemos pues realizar ambos ejercicios, recuerdo y entendimiento, una combinación de éstos otorgará mejores resultados y más beneficios, tanto para los especialistas como para los que no lo son.
[1] Grupo 362, Seminario de historia cultural, martes 19 de mayo de 2009.
[2] Sarlo, Beatriz. “1. Tiempo pasado”, en Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión. (México: Siglo XXI, 2005), 9-26.
En este escrito se analizarán los principales aspectos e ideas del texto “Tiempo pasado”, de Beatriz Sarlo, en donde se observa como el pasado es parte primordial para los humanos, ya que es esa idea que nos acosa, destruye, crea, reanima, da sentido, vida, es de suma importancia para los historiadores y otros especialistas, que se sirven de él para comprender los procesos formativos de la humanidad. Es el recuerdo y lo que no podemos recordar lo que nos intriga, en especial el no tener conocimiento sobre ciertos aspectos del pasado, como lo relacionado con la evolución o el surgimiento de los humanos, de dónde venimos, lo que brinda muchas ideas para soñar, investigar y escribir. [2]
Los humanos vemos el pasado en razón de nuestro presente y con miras al futuro, ya que no podemos desprendernos del lugar social que nos influye, tanto de manera positiva como negativa. Esto lo expresamos en nuestros escritos e ideas, yo mismo estoy siendo afectado por mi lugar social, por mi contexto, en este momento.
En el siglo XX se llevó a cabo una revisión de la forma de percibir el pasado y lo que de este se buscaba. Ahora temas que antes desapercibidos pasaban a los ojos de los estudiosos, eran asunto de estudio. Supongo que este cambio, esta evolución de la disciplina histórica en su relación al pasado, se dio en el marco de la nueva historia que rompía con el paradigma tradicional rankeano. Entonces se surgieron una serie de posibilidades de análisis y se formularon maneras distintas de realizar éstos.
Pero el recordar implica volver, en muchas ocasiones, a abrir heridas y viejos conflictos, darlos voz de nuevo y hacer que cobren otra vez vida con graves resultados. Y no es que debamos olvidar, cerrar los capítulos dolorosos de nuestra historia sin más, sino que es más óptimo, mucho más propicio el tratar de entender lo que pasó, aunque esto, paradójicamente, requiera recordar. Debemos pues realizar ambos ejercicios, recuerdo y entendimiento, una combinación de éstos otorgará mejores resultados y más beneficios, tanto para los especialistas como para los que no lo son.
[1] Grupo 362, Seminario de historia cultural, martes 19 de mayo de 2009.
[2] Sarlo, Beatriz. “1. Tiempo pasado”, en Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión. (México: Siglo XXI, 2005), 9-26.
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