29 de mayo de 2009

EN DEFENSA DE LOS INDIOS

Por: Alberto Díaz Ramírez*
Es conocido por muchos el papel trascendental que significó Bartolomé de Las Casas, cuando realizó su defensa a favor de los indios en su obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias, en respuesta a los postulados, articulados y sustentados por Juan Ginés de Sepúlveda, quien basaba sus planteamientos en el filósofo griego, Aristóteles, escritor del libro Política. Suscitando un debate intelectual y teológico entre dos religiosos, que generó una controversia sin parangón, en 1550: uno a favor de la igualdad de los indios y el otro ante la justificación de la guerra “justa” emprendida por los españoles, aunado, al empleo del requerimiento por una parte y de los métodos de sometimiento utilizados como la esclavitud y el repartimiento. Este es al menos el punto de partida sustancial de este capítulo.
Todorov[1], comienza hablándonos del gran genocidio que llevaron a cabo los españoles en contra de lo naturales de estas tierras. La Conquista: las enfermedades: la viruela y el sarampión; los castigos severos: latigazos y mutilación de los miembros, manos y narices; la explotación y trabajos forzados en las minas y la esclavitud y el comercio de esclavos, en menor grado. Sin olvidar, las hambrunas y los suicidios generalizados que realizaron algunas mujeres indígenas y asesinatos de sus hijos con tal de no ser esclavos o padecer las condiciones que otros sufrían, las cuales los terminaban orillando a la muerte.
Tales relatos son recogidos y descritos tanto por Bernal Díaz, Motolinía, Fray Juan de Zumárraga, Vasco de Quiroga y Bartolomé de Las Casas, en donde hacen explicito, con lujo de detalle, las atrocidades, castigos, acciones y matanzas que llevaron a cabo los conquistadores contra la población indígena, como los cometidos por Narváez y otros españoles que venían con Cortés.
La labor que realizó Bartolomé de Las Casas fue decisiva, en cierta medida, al tratar de buscar una defensa a favor de los indios y verlos como iguales con derecho a la evangelización del credo cristiano, sin la utilización de las medidas coercitivas empleadas por sus congéneres. No obstante, lo que era evidente también, fue su asimilación al sometimiento del Nuevo Mundo a favor de España, como lo hizo también Cortés a pesar de que trató a los indios de forma distinta. Ambos pues estaban ante dos disyuntivas, pero peso más su lealtad al rey, Carlos V y su corona.
* Seminario de Historia Cultural 07/05/2009
[1] Todorov, Tzvetan.”Amar“. en La conquista de América. El problema del otro. México: Siglo XXI, 2001, pp.137-195.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen texto, rescatando el debate y las aportaciones sobre el tema a pesar de lo machista de Todorov.