Por: Alberto Díaz Ramírez*
Roger Chartier, en este artículo[1] busca aproximarnos a los nuevos enfoques metodológicos para la construcción del quehacer histórico, partiendo de la existencia de una crisis general en las ciencias sociales, tras el abandono de los sistemas globales y de interpretación como lo fueron, tanto el estructuralismo, el marxismo, los que él denomina los paradigmas dominantes. Hace un recuento general de los distintos estudios de cómo se ha abordado la historia, desde los Annales, pasando por los utillajes mentales, los cuales habían sido relegados por la historia de las mentalidades, hasta la historia cultural. Siendo ésta la que fortaleció los lazos entre la historia y las disciplinas, que anteriormente eran consideradas como sus competidoras y enemigas.
La historia a partir de la pluralidad de enfoques ha sabido salir vigorosa, ya que ha reformulado sus objetos de estudio, es decir, desde la descripción de la totalidad social propuesta por el modelo braudeliano. Así, como la distribución no necesaria de las divisiones sociales, siendo estos los paradigmas utilizados en la construcción del quehacer historiográfico. Chartier propone la búsqueda de nuevas perspectivas y modos de articulación que nos permitan observar la pluralidad de divergencias que atraviesa una sociedad.
Una de las perspectivas que presenta es el mundo del texto y el mundo de lector, donde confluyen tanto la significación, el significado y significante. En la que el texto, por si solo no nos dice nada, sino todo depende de cómo es leído y bajo qué contexto y sociedad y con qué intención. Otro de los elementos que me parecieron interesantes es lo referente a las representaciones, en la que comenta que una representación es un instrumento que hace ver un objeto ausente, transformándose en una imagen, el cual refleja lo que para nosotros podría ser lo real, cuando esta realidad no sea forzosamente lo real.
Agregaría de forma muy somera que este artículo más allá de hablar de una crisis general de las ciencias sociales y de la historia, pretende vislumbrar nuevas formas y propuestas de articulación para la construcción del conocimiento histórico ante los nuevos desafíos teóricos y sociales.
* Seminario de Historia Cultural 12/03/2009.
[1] Chartier, Roger. “El mundo como representación”, en El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural. Barcelona Gedisa, 2005.
Roger Chartier, en este artículo[1] busca aproximarnos a los nuevos enfoques metodológicos para la construcción del quehacer histórico, partiendo de la existencia de una crisis general en las ciencias sociales, tras el abandono de los sistemas globales y de interpretación como lo fueron, tanto el estructuralismo, el marxismo, los que él denomina los paradigmas dominantes. Hace un recuento general de los distintos estudios de cómo se ha abordado la historia, desde los Annales, pasando por los utillajes mentales, los cuales habían sido relegados por la historia de las mentalidades, hasta la historia cultural. Siendo ésta la que fortaleció los lazos entre la historia y las disciplinas, que anteriormente eran consideradas como sus competidoras y enemigas.
La historia a partir de la pluralidad de enfoques ha sabido salir vigorosa, ya que ha reformulado sus objetos de estudio, es decir, desde la descripción de la totalidad social propuesta por el modelo braudeliano. Así, como la distribución no necesaria de las divisiones sociales, siendo estos los paradigmas utilizados en la construcción del quehacer historiográfico. Chartier propone la búsqueda de nuevas perspectivas y modos de articulación que nos permitan observar la pluralidad de divergencias que atraviesa una sociedad.
Una de las perspectivas que presenta es el mundo del texto y el mundo de lector, donde confluyen tanto la significación, el significado y significante. En la que el texto, por si solo no nos dice nada, sino todo depende de cómo es leído y bajo qué contexto y sociedad y con qué intención. Otro de los elementos que me parecieron interesantes es lo referente a las representaciones, en la que comenta que una representación es un instrumento que hace ver un objeto ausente, transformándose en una imagen, el cual refleja lo que para nosotros podría ser lo real, cuando esta realidad no sea forzosamente lo real.
Agregaría de forma muy somera que este artículo más allá de hablar de una crisis general de las ciencias sociales y de la historia, pretende vislumbrar nuevas formas y propuestas de articulación para la construcción del conocimiento histórico ante los nuevos desafíos teóricos y sociales.
* Seminario de Historia Cultural 12/03/2009.
[1] Chartier, Roger. “El mundo como representación”, en El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural. Barcelona Gedisa, 2005.
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