10 de junio de 2009

“SALIR”


Por Damaris Garcia Morelos

Las mujeres se exhiben y coquetean.
Las menos favorecidas observan o piden limosna.
Tímidas y mesuradas unas, osadas
y en los limites de la marginalidad las otras,
las mujeres salieron de la esfera asignada.

De Georges Opiz.
[1]


El nombre de una mujer solo debe guardarse
en el corazón de su padre, de su marido,
y de sus hijos.

Sylvain Marechal
[2]

La lectura de Perrot se basa en la vida de las mujeres de Francia en el siglo XIX. En ese tiempo para la mujer salir de su casa era imposible por tanto era muy mal vista ante la sociedad. Para la mujer no había otra opción de salida más que la caridad. Este tipo de trabajo era aceptado ante la sociedad y a la vez una forma de escape para las mujeres del ocio en el que se encontraban.[3] Consiguiente crearon una forma para que las mujeres enfrentaran un nuevo reto que permitiría, un cambio hacia una nueva aventura que enfatizaría a la mujer, ante la sociedad. Para esto se crearon grupos de cualidad femenina donde su propósito era principalmente ser caritativas, yace las fundaciones de grupos como la (Reinish Westfalian of Deaconesses, Société de Charité Maternelle de Paris, Weiblicher Verein fur Arment-Und Krankenpflege, La london Bible Women and nurses Mission. organisation Society,Woman‘s Work and Woman‘ culture y Ladies‘ sales).

Todas estas asociasiones se encargaban al proposito de la caridad, a llevar a cabo funciones, como ayudar a los pobres, entrenamiento a las mujeres para ser enfermeras. Tambien ayudaban a las mujeres en el hogar, tanto en problemas con el alcoholismo de sus maridos, hasta como educar a sus hijos. Tambien estas asociaciones sirvieron para recaudar fondos, y no solo para eso , puesto que estos grupos salieron a la defensa de las injusticias que se les hacian a las mujeres. Todas ellas se enfocaban hacia una sola vision que era ser tomadas en cuenta. Con las nuevas actividades, la sociedad masculina y también femenina se veía en un escándalo, sobre las consecuencias que traía esta nueva situación La mujer empezaba a obtener mejores resultados tanto en el aspecto de la sociedad, como en el trabajo, a menudo tenia más participación en el ámbito del trabajo.

Existiendo siempre diferencias de clases, no importaba para la mujer en cuanto se tratara de sacar adelante un ideal, tanto las mujeres burguesas, como las obreras dejaban atrás sus antipatías para unirse. Que al fin de cuentas proporcionaba un bien común. Las mujeres obreras en ese tiempo no tenían derechos como los obreros, ya que eran consideradas como un adorno para la fábrica.

Perrot rescata las fuentes que proporcionan datos de los cuales se conocen solo una historia acerca de una huelga por mujeres, que resulto un tanto cómica para la sociedad, da muestra sin embargo de que existió al menos una de mujeres. Se obtuvieron datos donde aparecen huelgas mixtas donde ambos sexos participaron y se tomaron medidas igualitarias para ambos sexos, pero como en ese entonces no se tomaban en cuenta a las mujeres, las daban como huelga de obreros, si bien se sabe que existieron fuero por los datos proporcionados y fotografías donde aparecen mujeres, que para la sociedad eran consideradas como “Mari machas” ya que ser obrera en ese entonces era muy denigrante, tan exagerado que se le tenia al par de la prostitución.

Sin embargo no solo Michelle se enfoca ante este aspecto de problemática de la mujer en el siglo XIX, otro factor que resultaba ser mal visto era el tema de la migración. Conocemos que la mujer no solo migraba a la ciudad por complacencia, lo hacia por buscar un mejor empleo en la ciudad, al hablar de migración, Perrot los desempeña en tres tipos; la migración interior, se basa cuando una mujer viajaba para salir del pueblo, en busca de una mejora. Así que viajaba a la ciudad en plan domestico o textil, en el cual para unas resultaba muy funesta la idea por la ignorancia ante una cultura mas liberal, donde abatían ante las tramas de la incitación donde se conferían, y después eran abandonadas con la problemática de embarazos no deseados. Esto trajo en consecuencia numerosos abortos clandestinos, aumento en las casas hogares, mayor temor a encontrar empleos. Pues la sociedad no estaba conforme con este tipo de sucesos.

Las migrantes a largo plazo, eran la mujeres de la alta sociedad que viajaban en busca de libertad hacia otros países, también eran las mujeres de hijas de generales que viajaban hacia otras ciudades por los nuevos planes de su familia. Este tipo de migración era muy favorable para el ámbito femenino pues el intercambio de ideas culturales fortalecía más el pensamiento de la mujer, así alimentaba las de sus compañeras, creando mas asociaciones. Y luchando por ser escuchadas.

Las viajeras se encaminaban en el placer de disfrutar de los diferentes países, eran las que tomaban el “salir” como una manera de disfrute. Esto era a la ves algo grandemente visto, que el doctor recomendaba a sus pacientes que no se hicieran este tipo de viajes, debido a la fatiga que esta podría llevar, comenzando por las cantidades tan pesadas de sus maletas, el daño que causaría el sol a su piel, el dolor de cabeza por las horas de camino, sobre todo una de las cosas que exageraban, era la de no poder entrar a nadar tanto en albercas como en el mar, pues no se les tenia permitido andar en traje de baño por respeto a si mismas, a causar atracción ante los hombres. Vemos todos los contras que se le ponían a la mujer para viajar, lo cual estas recomendaciones las desanimaban.

Hacer la historia de las mujeres es un trabajo tan grandioso que Michelle y Duby pudieron rescatar, si bien la lectura nos muestra detalles de personajes femeninos, vemos muchos nombres de asociaciones femeninas nombres femeninos, que contribuyen a esta historia. La autora plantea varias cosas: el no dejar pasar estos nombres puesto que muy poco se escribe de las mujeres, un panorama incompleto de la historia de las mujeres, los acontecimientos sucedidos en el siglo XIX, las historias que más sobresalieron del ámbito femenino en ese tiempo.

¿Historia sincopada? Es la visión común que se tiene de ella, y que el relato masculino diferente o desdeñoso, sigue transmitiendo. En realidad, lasos invisibles, el tejido de una memoria que probablemente exista entre estas conmociones. Por la prensa , los recuerdos , la herencia – a menudo de madre a hija – se opera una cierta transmisión, y a través de esta se constituyen grupos conscientes, fundamento de una opinión. La historia sexuada de la opinión publica: “he aquí, en todo caso, lo que nos queda por hacer”…[4]

La autora deja abierta la invitación a todos aquellos que nos llamamos historiadores, a las mujeres trasmisoras de una tradición, a los hombres que solo se han enfocado a escribir ciertos detalles de las mujeres, a los medios de comunicación que transmiten una idea errónea de lo que la mujer debe ser. Nos invita a escribir historia, esa narración única que no se escribe, que no se lee en los mejores libros de historia, que no vemos en las mejores novelas históricas, a la que se le ha pasado por alto el papel que ha desempeñado la mujer.


[1] George Opiz, Principios del siglo XIX, pintura de un café en palais royal, paris, museo carnavalet, citado en Michell. Perrot “Salir”, en Historia de las mujeres en Occidente, t. 8, dir. por George Duby y Michelle Perrot. Madrid: Taurus, 1993.
[2] Citado en Ibid., p. ¿?
[3] Ibid., p. ¿?
[4] Ibid., p. ¿?

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