10 de junio de 2009

Un molinero llamado Menocchio


Por Cesar Alexis Marcial Campos

La obra nos habla de un molinero que tiene una cosmovisión muy extraña del mundo para su época, en la que el mundo no es más que una simple masa de queso y los gusanos que salen de él son ángeles.2 [cita] Este tipo de visión y, sobre todo, el andar divulgándola, llevaron a Menocchio ante el Santo Oficio donde fue sujeto a cuatro interrogatorios que se llevaron a cabo los días: 7, 16, 22 de Febrero y 8 de Marzo de 1584. Vivió en Friuli en la segunda mitad del siglo XVI, era una sociedad arcaica en la cual el estar llevando siempre la contra en cosas de la FE y discutir con el párroco sobre dichas cuestiones era algo muy grave.

Menocchio había nacido en una sociedad donde la nobleza tenía mucha importancia, al igual que el clero, quienes tenían grandes propiedades de tierra a lo que Menocchio hacia referencia en son de disgusto. Nuestro molinero, fue un caso “extraño” para la época, tenía un status que le permitió tener acceso a la educación y otros cargos públicos dentro de su ciudad natal como el de alcalde, administrador de la parroquia. Desempeñó varios trabajos, como el de molendero, carpintero, etc. pero principalmente se dedicaba a ser molinero. Era un molinero que sabía leer, sobre todo, leyó cosas de carácter religioso que le acarrearon problemas posteriormente.
Menocchio un molinero conocido por todos por sus extraños disparates religiosos fue un personaje que sufrió los embates del Santo Oficio durante la contra reforma. Lo que llegó a decir el molinero ya era por todos sabidos y quienes lo conocían trataban de lidiar con ello. Sin embargo, fue este fenómeno de la contra reforma lo que llevó a que sus palabras fueran más peligrosas, insoportables, heréticas. Esto lo llevó al Santo Oficio y más tarde a la hoguera.
A pesar de que era algo extraño lo que decía, esto no lo sacaba de la nada o de alguna forma de inspiración maléfica. Como nos muestra Carlo Ginzburg, llegó a tener acceso a libros que le facilitaron algunos amigos, por medio de dichas lecturas llegaba a sus conclusiones y otras veces repetía lo que había leído, lo cual era igual de extraño para su momento.

Una de las extrañezas o herejías del propio molinero fue la cosmovisión que tenía sobre el mundo, la cual expuso ante el Santo Oficio en uno de los interrogatorios al que fue sometido. En el hace mención de lo que él cree y piensa: diciendo que el pensaba y creía que el mundo era un caos y cuya masa, que lo asemeja al de una masa de queso y leche donde surgen gusanos, siendo estos gusanos los ángeles. [Cita] Otra “máxima” de este molinero fue el decir que su oficio era el de blasfemar: hay quienes trabajan en el campo y otros vendimian mi oficio es el de blasfemar. [cita] Siguiendo con la larga lista de herejías hay una que pone entre dicho el carácter virginal de la Virgen María. Menocchio externó su pensamiento acerca de este asunto diciendo: de que no era posible que hubiese parido a un niño y continuara siendo virgen.

Menocchio, declaró varios de sus pensamientos en los que atacaba a la iglesia desacreditando su carácter de institución divina en la tierra: puesto que todos las personas eran capaces de hablar en un grado de espiritualidad podían hacer mención de cosas divinas e interpretaciones de ellas mismas, debido a que todas las personas tenían esa capacidad espiritual, etérea, etc. de comprensión. También alegaba contra algunas de las prácticas religiosas como: el bautismo, la ordenación, el matrimonio y la confesión. él las reducía a simples mercancías de las cuales la iglesia sacaba un beneficio. Estas ideas que el molinero expresaba fue lo que le costó cuatro interrogatorios y después la vida misma.

A pesar de las ideas que Menocchio expresaba algunas de ellas las había retomado de algunos libros que se le habían proporcionado: La Biblia, El florilegio de la Biblia, Il Lucadario, Il Lucerndario, Il Vavallier, Zuanne de Mandavilla, etc. De hecho la idea de reducir las prácticas religiosas a meras mercancías lo extrajo de un libro llamado Sogno: en el que se menciona que es un mercado todo el acto religioso de la sepultura de la cual se rehúsan a realizar los padres sino reciben un pago por ello. Menocchio se lamenta de que convirtieran a su iglesia en un mercado. [citas]

Estas y otras ideas de las que el propio molinero afirmaba de no creer que nadie pensaba como él y que jamás había escuchado a persona alguna decir tales palabras. Sin embargo, como muestra Ginzburg: Menocchio interponía entre él y la lectura un especie de tamiz en la que mostraba y ocultaba al mismo tiempo ciertos “paisajes” en la que exasperaba una palabra de la lectura al mismo tiempo que la aislaba del contexto. Así, deformaba la lectura del texto y este tamiz o filtro que interponía entre él y la lectura era la “clave” para entender la forma en que leía el molinero. Lo cual nos remite a la idea de una cultura de la lectura diferente de la página impresa y esta es la cultura oral.

Por otro lado, a pesar de la descontextualización que Menocchio hacía de ciertas palabras respecto de la lectura. Menocchio era capaz de hacer una interpretación mesurada de lo que leía. Por ejemplo, en el caso de lo que había expresado acerca de la virgen María: cómo podría ser virgen si había tenido un hijo. A lo que el afirmaba que se le decía “virgen” por el hecho de que la virgen María había estado en un templo que se llamaba el templo de las vírgenes. Esto lo había sacado de un libro llamado Rosario della gloriosa vergine, donde se relata que la virgen María debía ser nutrida en dicho templo con las otras vírgenes y que se dedicarían de manera muy devota a la contemplación de cosas divinas, además de que en dicho templo la virgen María había sido visitada por ángeles. Así, podemos ver que llega a esa conclusión del por qué de la “virgen”. Otro dato importantes, es que se alcanza a ver que tiene cierto grado de interpretación que traspasa el plano meramente literal de la lectura. Pues hace caso omiso de toda la descripción de la visita de los ángeles que hacían a la virgen María.

El trabajo que hace Carlo Ginzburg para representar el ambiente en el que se vivía, las características de la sociedad arcaica, donde la nobleza y el clero jugaban un papel determinante en esta época; y como presenta a Menocchio en un juego de contrastes para que se pueda obtener una idea de lo que significa ser un molinero del siglo XVI en un pueblo de Friuli y, sobre todo, el manifestar a los cuatro vientos su cosmovisión en las que no encajaban con las ideas dominantes de algunos sectores sociales y, sobre todo, que disgustaron a la iglesia que se encontraba en un momento de cero tolerancia a este tipo de manifestaciones por la contra reforma.






Referencia
Ginzburg, Carlo. “Menocchio” a “Callejón sin salida”, en El queso y los gusanos. El Cosmos según un molinero del siglo XVI. México: Editorial Océano, 1997.

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